domingo, 13 de septiembre de 2009

Diario de un desgraciado

(Encontrado bajo unas cajas de cartón en la boca del subte.)

Vengo de una famila estúpida: en la II Guerra mi abuelo luchó con los nazis. Mi padre era imbécil. Trabajaba en un Banco y lo atraparon robando bolígrafos.
Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi padre: "Hicimos lo que pudimos...pero salió". Mi madre nunca me dio el pecho porque decía que sólo me quería como amigo. Mi padre llevaba en la cartera la foto del niño que ya venía en la cartera. Pronto me di cuenta de que mis padres me odiaban: mis juguetes para la bañera eran una tostadora y una radio.
Cuando me secuestraron, los secuestradores mandaron a mi padre un trozo de mi dedo. Mi padre dijo que quería más pruebas.
Una vez me perdí. Le pregunté al policía si creía que ibamos a encontrar a mis padres. Me contestó: "No lo se niño... Hay demasiados sitios donde se pueden esconder". Me encontré a las autoridades sanitarias. Me ofrecieron un cigarrillo.
Un día me llamó una chica a casa diciéndome: "Vení a mi casa, no hay nadie". Cuando llegué a su casa no había nadie.
El último deseo de mi padre moribundo fue que me sentara en su regazo: estaba en la silla eléctrica.


Fuente: W.W.W.

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