domingo, 25 de julio de 2010



Como estamos un poco nostálgicos en el blog, no quiero olvidarme de un tema musical que escuchaba por la década del 70 con mi Noblex 7 Mares. Lo importante de esta canción no es la calidad de la misma o del grupo que la canta, sino que está fuertemente ligada a mis recuerdos de la adolescencia que por aquél entonces comenzaba a despuntar.
Agrego la letra en inglés para poder seguirla y disfrutarla mejor.

Kissin' in the back row
Verse 1
Your mama says that through the week
you can't go out with me
but when the weekend comes around
she knows where we will be
Chorus
Kissing in the back row
of the movies on a saturday night with you
holding hands together you and i
holding hands together (yeah)
smooching in the back row
of the movies on a saturday night with you
we could stay forever you and i
we could stay forever you and i
hugging and a kissing in the back row of the movies
Verse 2
Every night i pick you up from school
cause your my steady date
but from monday through to friday night
i leave you at the gate (yeah)
you know we can't have too much fun
til all your homeworks done
but when the weekend comes
She knows where we will be
Chorus
Kissing in the back row
of the movies on a saturday night with you
holding hands together you and i
holding hands together (yeah)
smooching in the back row
of the movies on a saturday night with you
we could stay forever you and i
we could stay forever you and i
hugging and a kissing in the back row of the movies
Verse 3
i sit alone at night and watch tv
but i still think of you
and i am in the game for that
we share a junk or two
you know friends don't knock on my door
on friday night any more
Cause when the weekend comes
They know where i will be
Chorus
Kissing in the back row
of the movies on a saturday night with you
holding hands together you and i
holding hands together (o yeah)
smooching in the back row
of the movies on a saturday night with you
we could stay forever you and i
we could stay forever you and i
hugging and a kissing in the back row of the movies
yeah
hugging and a kissing in the back row of the movies

domingo, 18 de julio de 2010

El Che. Un "hombre". Discurso a los trabajadores

sábado, 17 de julio de 2010

Solos en la madrugada

Una película inolvidable, que refleja muy bien el final de la dictadura franquista y el comienzo de una nueva etapa en España con más libertad, y al mismo tiempo, más incertidumbre. Un clásico que no perdió vigencia.

jueves, 15 de julio de 2010

Placer de los dioses??

Una amiga mía, maestra, me escribió unas líneas. Me decía que están próximas las vacaciones de invierno y cuando llegaran, el suspenderse de las clases le permitiría no levantarse temprano y "leer en la cama, que es el placer de los dioses". Yo, que hace más de 30 años estudio la mitología griega y enseño filosofía, me quedé sorprendido. Después de unas horas de reflexión, respondí a sus líneas diciendo más o menos esto:

Querida amiga, tengo la leve sospecha que los dioses, del tema libros ¡no saben un carajo! Zeus, el mafioso jefe de las divinidades griegas, estaba todo el día tramando insidias en el Olimpo (que es el burdel o el cabaret en el cual viven, sin sentir el más mínimo interés o preocupación por los hombres, los dioses griegos).

No sólo estaba ocupado día y noche en las intrigas de poder sino que, casi siempre, tenía que escapar de la loca de su mujer, la diosa Era, que como estaba reprodida de ser cornuda y le agarraban ataques de celos insoportables, aprovechaba toda ocasión para armar kilombos infernales después de los cuales quedaba exausta y no tenía fuerzas ni para agarrar el diario y hacer las palabras cruzadas. Dicho en otra forma: ni Zeus no la piantada de su mujer se dedicaban a la lectura.

Glauco, el dios del mar, se sumergía por horas y horas en las profundidades de las aguas del Océano y cuando emergía, dado que las cosas que se le adherían a la piel eran infinitas cambiándole totalmente la forma precedente, no lo reconocía ni siquiera el padre, que era Poseidón. Este dios no agarró nunca un libro porque pasó toda su vida rompiendole las bolas - disculpen la terminología pero no hay otra - a Ulises porque el griego Ulises le había arrancado el único ojo a Polifemo, que era bastante antipático, sucio y tenía la no muy civilizada costumbre de comerse los seres humanos.

Pues bien, este antipático tuerto antropófago - que no tenía ni la menor idea de la escuela, del alfabeto y de la lectura - era hijo de Poseidón que, como tenía bajo su control todos los Océanos, no tenía nunca la oportunidad para poner un pie en tierra y visitar la Biblioteca Nacional o algún café-literario en el cual descansar, secarse un poco y dedicarse a leer.

Agrego también que Ulises (no era un dios pero algunos creen que tenía poderes especiales) tampoco agarró una lapicera ni un cuaderno en su aventurera vida porque no hizo otra cosa que afanar todo lo que encontraba en su camino. En esta empedernida tarea que llevaba a cabo con pasión y esmero realmente envidiables (digna de un político actual) Ulises se apoyaba o buscaba la protección, para no tener problemas con la justicia y, además, alimentar su astucia, de la diosa Atenea.

Esta diosa que continuamente tenía que serenar a Zeus que no veía con buonos ojos todas las fechorías que cometía Ulises, era la diosa de la Razón, de la sabiduría. Y si es verdad que sí, era muy sabia, parece que, no obstante tanta sabiduría, nunca frecuentó una biblioteca, no fue al jardín de infantes y, por lo tanto, no leyó ni siquiera el nuestro viejo y glorioso Billiken o las aventuras de Paturuzú e Isodoro Cañones.

No me meto con Afrodita, la diosa de la belleza, porque esta revirada no hacía otra cosa que entrar y salir de la sala de operaciones haciendose dos o tres veces por día la cirugía estética, para fijar o atornillar con puntos de acero tanto las tetas que se le caían hasta las rodillas cuanto las arrugas que eran más o menos como las que tienen la Legrand, la Leblanc, la Zorrilla y la Gimenez pero ¡pero todas juntas!

No hablemos ni de Moira, ni de Ananke ni de Dikè, las diosas del destino, que rompían de un modo infernal testiculos y neuronas morales tanto a los hombres como a los dioses con la petición, o, mejor dicho, con la exigencia de la "justa medida". Sobrepasarse, ir más allá de lo permitido, signficaba caer en las garras de estas diosas que, por tener que prestar atención a las acciones morales de los hombres tanto de día como de noche, en la asquerosa vida que tuvieron (eran una especie de CIA o KGB) no pudieron ojear ni siquiera la guía telefónica.

En fin, no queda más que Hermes, el mensajero de los dioses. Llevaba y traía chismes de un lado para el otro, es decir trasmitía a los hombres (como a él le parecía) lo que los dioses decían y a éstos les trasmitía las palabras de los hombres. Dicho en otra forma: hacía de cartero o, según otra perspectiva, de chusma. El trabajo era agotador dado que los chismes aumentaban continuamente y en este ir y venir Hermes terminaba sus jornadas realmente exausto física y psicológicamente por lo cual en las horas libres visitaba su psicoanalísta y, a decir verdad, se apoliyaba en el diván sin tener idea de lo que significaba la palabra "libro".

En fin, eso de estar en la cama leyendo como un "placer de los dioses", según la mitología clásica no tiene goyete. Terminé mi ilustrada y documentada respuesta a mi amiga poniéndo énfasis en las últimas palabras de mi carta: "Si querés quedarte en la catrera leyendo el horóscopo semanal no busques excusas en los "dioses" porque, al menos los dioses de la mitología griega no tienen ni "un cacho de cultura".

sábado, 10 de julio de 2010

No obtendrán mi "sumisión"

viernes, 9 de julio de 2010

El Gran Dictador (discurso final subtitulado en español)

jueves, 8 de julio de 2010

Filosofía del foot-ball




Posiblemente la gilada (o la "negrada" - como se dicía hace tiempo allá en Flores, Barraca, la Boca y san Telmo) no lo sabe pero en el mundial del 78 uno de los más ilustres y famosos filósofos europeos, el alemán Bernhard Welte (1903+ 1983) fue invitado a tener dos o otres charlas en Argentina, acerca de la "filosofía del foot-ball".

Después, en el mundial del 82, en España (campeón Italia) Welte (que en realidad era uno de los más grandes estudiosos de la religión desde el punto di vista de la filosofia - "filosofía de la religión" ) tuvo otras charlas referentes al tema. La tesis che il filósofo alemán sostenía, teniendo en cuenta el éxito planetario y la pasión que este deporte despierta en todos - chicos-jóvenes y ancianos - es sorprendente pues está relacionada con el tema del "paraíso" y el "más allá".

La tesis - en pocas palabras - sería ésta: el suceso o éxito del foot-ball está ligado a la capacidad de este deporte de imaginar y de realizar en concreto una imagen del mundo utópico-celestial. Un mundo de reglas ciertas, claras, transparentes, compartidas por todos, un juez imparcial, capaz de juzgar sin dejarse llevar por simpatías ni ideologías, un grupo que se articula con armonia, en plena comunión afectiva y de intereses porque se relaciona en modo tal que el "bien común" se logre o se alcanze sin dejar de lado ninguno de los participantes del equipo.

Es la imagen del paraíso porque los "enemigos" no son demonizados o estigmatizados sino transformados en "adversarios" con los cuales disputar lealmente la lucha. Los adversarios no sólo no son demonizados, es decir transformados en "diablos" sino que lejos de personificar el mal (como en la política o en la guerra - George Bush Jr - el bastardo y borracho presidente de los Estados Unidos - calificó el comunismo como "el imperio del mal") que hay que eliminar, representan o son la alteridad con la cual hay que relacionarse, entrar en relación necesaria para que el juego se pueda realizar.

Se trata, de una imagen del paraíso, de una visión escatológica del deporte. Es una tesis muy sugestiva y original. Pero no es la única que circula desde el punto de vista filosófico. Una lectura pedagógica ve el foot-ball come una simulación de la sociedad a la cual los jóvenes tienen que incorporarse con los menos riesgos posibles. Es así que el foot-ball enseñaría las reglas de la lealtad, de la armonia grupal, de la distribución de funciones sin que por esto sean rígidas o inamovibles; enseñaría la generosidad en la entrega, enseñaría el cálculo, enseñaría a correr riesgos sin por eso poner en peligro mortal el grupo y también a usar de cuando en cuando la astucia que, transgrediendo las reglas aceptadas, está permitida pagando una módica multa. El foot-ball enseñaría a moverse en sociedad, tanto en el grupo de amigos como en el grupo de los adversarios.

Otra línea interpretativa lo conecta con el desahogo emotivo a través del cual la sociedad civil canaliza instintos primarios, salvajes, instintos que llevamos dentro desde hace siglos. El foot-ball ocuparía el puesto del instinto de caza, individual o de grupo (buen tiro, dar en el blanco...) o sea, los instintos relacionados con la guerra. No es difícil establecer tal relación si tenemos en cuenta que en la antiguedad, en los coliseos se combatia cuerpo a cuerpo (gladiadores) o contra animales salvajes (leones, tigres...). El blanco hacia el cual apuntaba la flecha y el duelo físico habrían sido sustituídos por el proyectil inofensivo que llamamos "pelota" y por el famoso "dribbling" o "gambeta".

Diversa pero muy interesante es la interpetación que hace el escritor Wystán Hugh Auden. Según este autor, el hombre se sentiría atrapado o enjaulado por la red determinista que frena la libertad y mortifica las necesidades o exigencias creativas. El hombre, enajulado, se encontraría en una especie de encrucijada: o transgredir en forma sistemática tales reglas de la sociedad deterministica y caer así en una lógica anárquica y criminal y criminalizante o crearse reglas desligadas de toda actividad práctica que no tengan en vista otra cosa que no sea la gratificación en sí mismas y que el juego, como toda actividad lúdica, reserva o concede a sus adeptos.

En el fondo, no están equivocados ciertos pensadores cuando sostienen - y con buenas razones - que hay una "filosofía del foot-ball" - que, aclaro, - y con toda la admiración y agradecimiento que siento por tantos directores técnicos - non se identifica con la dearrea mental que circula por la cabeza de la mayoría de todos ellos a la hora de hacer cambios o tomar decisiones acerca de la estrategía que hay que adoptar para no comerse "cuatro pepinos" como, por ejemplo, los que se comió la Argentina. - Y que - agrego - le dejarán en el "upite" una emorroide infinita - para toda la vida.

En realidad, se podría leer el foot-ball como una nueva religión: La cancha es el templo; los jugadores los nuevos dioses; los hinchas los nuevos miembros o creyentes. La FIFA como el Olimpo o sede de los Dioses mayores, es decir aquellos Dioses que controlan los dioses menores. Una especie de Inquisición que libera o condena. El árbitro y los guardalíneas como una delegación o representación del Tribunal supremo, es decir, del Olimpo. Y los periodistas y papagallos radiales y televisivos pueden ser vistos como los hermenéutas o los intérpretes sacros (por no decir "adivinos") de lo que sucede en la psiquis de todos los participantes. Oráculos a priori y destripadores a posteriori.

¿Y la guita?? Ese es otro discurso. Tal vez en el próximo artículo nos ocuparemos del tema.

martes, 6 de julio de 2010

Sociedad - mercado - economia

Reduciendo el "mundo" al "mundo del dinero", al sólo mundo económico, la economía vacía o depreda la noción de sociedad y la noción de individuo de todo tipo de relevancia axiológica. En otras palabras, la dimensión cualitativa desaparece fagocitada por la dimensión cuantitativa.

La economia trasformando el mundo en "mercadería" focaliza la sociedad y el individuo desde un punto de vista puramente cuantitativo. Desde tal perspectiva, la sociedad no es otra cosa que "mercado" y, en consecuencia, el individuo es también cuantificado. Se podría decir que el individuo pierde tal característica y la dignidad de "persona" para no ser otra cosa que un momento o una "síntesis de sus intereses materiales".

Con esta doble reducción, la sociedad se trasforma en el lugar de la competición de los intereses individuales. Pero donde la sociedad es reducida a sólo mercado, no obstante la ideología celebre o cante el triunfo del individuo (individualismo) y de la libre iniciativa (liberalismo), en realidad no se asiste a otra cosa que al declino, o, mejor, a la muerte del individuo.

En el mercado son los intereses los protagonistas de las relaciones, y no los individuos, los cuales interactúan no en cuanto individuos, con sus propias especificidades y peculiaridades, pues no queda de ellos sino la categoría o la función de ser "titulares de sus intereses". En un mundo transformado en mercado los individuos interactúan en cuanto "personificaciones" de sus intereses. En esta lógica el rostro del individuo desaparece bajo la máscara del "representante de intereses".

Estamos sometidos a una macabra paradoja pues es justamente la economía liberal, en su ostentada celebración y defensa del individuo y de sus valores, la que prepara la sepultura o, mejor dicho, la muerte del individuo y su substitución con una máscara que representa la única dimensión que cuenta, es decir, la dimensión económica.

Ahí, en efecto, donde todo es mercadería, donde todo es entendido y vivido como "pérdida y ganancias" mediado por el dinero, no existe otra lógica que la lógica cuantitativa y el encuentro o la relación no se establece entre personas sino entre "factores económicos" de los cuales los individuos son, simplemente, "personificaciones". Son máscaras que no cuentan sino en función del primado del "tener, poseer y acaparar"


En tal sistema relacional "las personas - decía K. Marx - existen una para la otra sólo como representantes de mercaderías, es decir, como dueños de mercaderías" (El capital).

En este sistema, aunque parezca mentira, se tiende a la homologación porque transformando la persona en simple representante de los intereses - que son los que realmente entran en relación - no se hace otra cosa que modelarla de acuerdo a un único modelo o parámetro. Pretendiendo ser distintos somos todos siempre más iguales, idénticos. Fotocopias intercambiables.