sábado, 26 de septiembre de 2009

El amor: ¿Órgano adecuado del conocimiento de lo real?

Presentación

A) El título está en continuidad con las reflexiones que en nuestro Blog se refieren a la relación o vínculo entre la razón y el corazón. ¿Pienso, conclusión, soy? - como pretendía R. Descartes o, más bien hay que decir, ¿Amo, conclusión soy? No se trata, como quedó aclarado en el artículo mencionado, de exclusión de la razón, sino de asumirla e integrarla en una dimensión que la humaniza y le abre horizontes teóricos y existenciales nuevos. El asunto de fondo sería el primado de la Bondad, no contra o sin la Verdad, sino como la lógica profunda que la habita y la alimenta. Si hasta ahora el Occidente pensó a la luz de la verdad y el resultado ha sido y es un mundo fragmentado, depredado, empobrecido y siempre más narcisista, una pregunta se impone con urgencia: ¿Cambiaría el escenario si se pensase en el horizonte que abre la Bondad?

B) La pregunta que moviliza ahora nuestra reflexión, en línea con la anterior, nos pone frente a un árduo problema de tipo epistemológico: ¿está el saber a la base del amor, o, al contrario, es el amor la base del saber, del conocimiento?. Formulado en modo interrogativo, el tema, de tono antropológico-filosófico, tiene, sobre todo, la intención de inquietar al lector, sugerir una osada reflexión que interpele o ponga en crísis el modo tradicional de concebir las mediaciones cognitivas que nos dan acceso al conocimiento de la realidad. Se entiende, además que, en estas pocas líneas no hay ninguna pretensión de abarcar todo el campo que tal tema permite. Es más bien un "iniciar", un abrir el discurso a la problemática acerca de la comprensión y las alternativas de las mediaciones cognitivas que permiten el encuentro profundo y auténtico con lo real.

C) En nuestras reflexiones nos apoyaremos en autores de reconocida solvencia en el ámbito de la cultura occidental, como son, por ejemplo Emmanuel Mounier (1905+1950), fundador del personalismo francés; Gabriel Marcel (1889+1973) otro pensador francés de la corriente existencialista; Ludwing Binswanger (1881+1966) suizo, exponente relevante de la psiquiatría del siglo pasado, Pedro Laín Entralgo (1908+2001), médico y antropólogo español, discipulo de José Ortega y Gasset (1883+1955) citado en este artículo y también, particularmente del gran filósofo español Xavier Zubiri (1898+1983). En fin, una serie de autores y disciplinas que dan consistencia crítica y legitiman con cientificidad estas breves reflexiones.

D) Con el tema en cuestión pensamos contribuir en modo simple pero no por esto menos importante, a una propuesta de E. Mounier, el cual, en su libro "Cristianidad en la historia", auspiciaba que la filosofía ofreciera a la reflexión sobre el amor un esfuerzo tan considerable como el que dedicó a la reflexión sobre el conocimiento y también a la técnica

1) Evitar dualismos. R. Descartes, es el padre de la filosofía moderna y además quien está a la base de una antropología de carácter individualista, cerrada, que, al pasar del tiempo, ha adquirido rasgos despiadadamente narcisistico-liberalistas. Son los rasgos que han forjado el rostro de la cultura occidental, tanto de los individuos como de las instituciones. Tratando de encontrar un fundamento indudable, seguro, inamovible, con el cual garantizarse un criterio de certeza y así estar también cierto de sí mismo, Descartes proclamó el famoso Cogito ergo sum. Dió así espacio al Logos, que obviamente es importante, pero originó una antropología de tono dualista (la razón por un lado, el cuerpo y los sentimientos por otro) que desvalorizó el mundo de los afectos que hoy día sabemos son esenciales y no meros apéndices de la existencia humana. Como reacción ante tanta desmesura que mortificó dimensiones fundamentales hubo quienes se pusieron en la otra orilla. Bien lo dice un poema de Antonio Machado: "Ya hubo quien pensó/cogito ero non sum/¡Qué exageración!" (Cf. Poesías completas, Madrid, Espasa-Calpe, 1997, p. 28).


1.1) Integrando Pathos y Logos, sin desvalorizar pero tampoco sin entronizar a ninguno de ellos, el Amor permite dar lugar a una articulación madura, equilibrada y genera así una antropología unitaria, armónica, sin dicotomías o dualismos mortificantes que hacen del hombre prisionero de una Razón fría, puro cálculo, depredadora de lo real o, por el contrario, prisionero de un Eros sentimentalista romanticoide, flácido y débil frente a la aventura de la existencia. Dicho en otros términos, o un Espíritu pensante que nada tiene que ver con el mundo de la afectividad, o un Eros apasionado que nada o poco tiene que ver con la razón.

2) Vigor y Ternura. Desde la perspectiva de una antropología unitaria, armónica, en la cual el Logos no ejerce ningún tipo de dictadura, se da origen a un Vigor y a una Ternura que se complementan, alimentan y se relación en modo tal que el vigor se ternuriza (si se me permite tal expresión) y la ternura se vigoriza. Para una antropología de este tipo la lógica relacional se transforma. No comanda la logica despótica del Logos autoreferencial que todo quiere poseer y dominar, sino la lógica oblativa que de todo se ocupa pero no para mercantilizar y someter el mundo, sino para acoger y promover lo real en toda su diferencia, en todos los aspectos polifacéticos de la creación y hacer así más humana la existencia. No hay nada de anónimo y de poco valor para una antropología sustanciada o vertebrada en el Amor. Nada hay de anónimo e impersonal que pueda ser manipulado o sometido a caprichosos y mezquinos intereses.

3) Voces autorizadas. "El acto del amor, escribía Mounier en un librito que hizo época (El personalismo), es la certidumbre más fuerte del hombre, el cogito existencial indudable: amo, luego el ser es y la vida vale la pena de ser vivida" (p. 22). Otro grande pensador del siglo pasado, Maurice Blondel (1861+1948), el autor de La acción, identificaba el ser con el amor y consideraba el último como el órgano del conocimiento integral: "El ser es amor - decía Blondel -. No se conoce nada si no se ama". En esta línea se mueve la expresión de san Agustín, el cual con decisión afirmaba: "no se entra en la verdad sino por la caridad". Viene a la mente también el genial pensador B. Pascal. Para él, los primeros axiomas del pensamiento son intuidos por el corazón y es éste que pone las premisas de todo posible conocimiento de la realidad. Por supuesto, y esto conviene aclararlo para no caer en discursos baratos como los que se escuchan sobre todo en televisión y en las acalambradas telenovelas que circulan raquitizando cerebros y corazones, que el corazón del cual habla Pascal nada tiene que ver con sentimentalismos acalambrados. Se trata de todo lo contrario, como subrayó uno de los más grandes pensadores españoles de todos los tiempos, es decir, X. Zubiri. Escribe este autor: "El concepto, tan vago, es verdad, y por tanto tan mal comprendido y mal usado de 'corazón' no significa el ciego sentimiento por oposición a la pura razón cartesiana, sino el conocimiento constitutivo del ser cotidiano y radical del hombre" (X. Zubiri, Naturaleza, Historia, Dios, p. 172). Por último, recordamos también a Ortega y Gasset, para el cual es el amor el órgano que nos permite pasar de la impresión de realidad a la convicción de realidad. ´

3.1) Respecto al otro. El amor, como órgano adecuado del conocimiento de lo real se afirma como tal en una gama infinita de autores y pensadores, no contra el logos o la razón, sino como humanizador y orientador de las potencias cognitivas del hombre. Respecto a las relaciones interpersonales, Ortega y Gasset, decía que el amor revela aspectos nuevos e inéditos en lo amado y crea también ligámenes siempre más vastos, profundos y universales. "Hay en el amor - escribe el filósofo español - una ampliación de la individualidad que absorbe otras cosas dentro de éstas, que las funde con nosotros. Tal ligamen y compenetración nos hace internarnos profundamente en las propiedades de lo amado. Lo vemos entero, se nos revela en todo su valor. Entonces advertimos que lo amado es, a su vez, parte de otra cosa, que necesita de ella, que está ligado a ella. Imprescindible para lo amado, se hace también imprescindible para nosotros. De este modo va el amor ligando cosa a cosa y todo a nosotros en firme estructura esencial" (Meditaciones del Quijote). Esta estructura esencial, según Blondel, se extiende al infinito pues "el amor va más allá de la persona , más allá de la especie, va al infinito" (La acción, p. 358).

3.2) Toda una gama de pensadores - y de diferentes corrientes o movimientos filosóficos - coinciden en considear el amor como un órgano adecuado del conocimiento de lo real. Sobre todo en las relaciones interpersonales, como vimos. Recordamos también en esta línea el francés G. Marcel. "La realidad del ser amado - dice Marcel - es esencial en el amor. En este sentido, quizá sea verdad decir que sólo el amor es un conocimiento real, y tal vez sea legítimo aproximar el amor al conocimiento adecuado, es decir, que para el amor y sólo para él, la individualidad del amado no se dispersa, no se desmenuza en no sé qué polvo de elementos abstractos" (Diario metafísico, pp. 69-71). Dicho con las palabras de Mounier; "el amor se dirige al sujeto por encima de su naturaleza", o sea afecto a lo que está más allá de su esencia.

3.3) La psiquiatría. El amor como vía apropiada para el conocimiento de lo real puede ser tal pues el amor no es un sentimiento transeúnte, superficial. Más bien se trata de una realidad estructural. No es una mera moción de la psique sino una dimensión constitutiva, ontológica (es decir pertenece al ser). En esta línea se pone el pensamiento del gran psiquiatra suizo Ludwig Binswanger. "Quien trate el amor bajo el epígrafe del sentimiento o del afecto no sabe lo que el amor es; el amor es tanto idea como sentimiento y voluntad". Es importante tener presentes sus palabras para evitar caer en apresuradas fórmulas iluministas, pues aquí se trata de la cuestión antropogenética. Es decir, el amor, según el famoso psiquiatra, es el fundamento del paso del antropoide al hombre. Respecto al tema se expresaba diciendo: "Poder entrar en relación con un mundo real, dado objetivamente, significa poder ser hombre, posibilidad que se engrenda y se afianza por virtud del amor. El amor es la condición que hace posible el conocimiento objetivo. La vida psíquica del hombre trasciende lo biológico por virtud de la fuerza del amor". No interesa ahora la cuestión de la evolución, pero sí es importante recordar, respecto a las mediaciones cognitivas, lo que se dice, desde ámbitos fundamentales del saber humano, como es, en este caso, la psiquiatría. Nuestra pretensión es subrayar, con las palabras de un reconocido representante de esa disciplina, la relevancia que adquiere el amor como órgano adecuado o apropiado para el encuentro con lo real. Además de señalarlo como una dimensión fundamental y constitutiva de lo humano en el proceso antropogenético.

3.4) Lo dicho significa que todo el hombres es afectidad como modo de ser, y no su psique, como dice el médico y antropólogo españo Pedro Laín Entralgo, discípulo, en este asunto, del psiquiatra apenas mencionado. "El amor, subraya Entalgo, pertence a la constitución metafísica de la existencia humana". Se puede afirmar, desde estas perspectivas que el amor, antes de ser una virtud es una estructura del ser. Es una virtud en cuanto implica o comporta fidelidad a la estructura que nosotros somos. Esto significa que el ser humano no es sólo tensión intelectiva o volitiva, sino, y sobre todo, tensión amorosa o, como se acostumbra a decir hoy, dando importancia fundamental al don, tensión "agapica" (del griego "agápe=tensión oblativa, donación sin medida). Por lo tanto, la definición clásica de "animal racional" es hoy insuficiente. El hombre es, ante todo, "animal amante". El amor no desvaloriza el intelecto, al contrario, lo asume, lo incorpora en su dinámica generosa y lo lleva hacia su mejor humanización. Esto significa que el Amor se manifiesta como una dimensión trascendental, es decir que está presente en todas y en cada una de las dimensiones constitutivas del hombre. En efecto, estas dimensiones son especificaciones del amor, entendido como "atracción hacia un polo magnético". Si el intelecto es atraído por la verdad y la voluntad por el bien, ambos tienen como motor el amor que es la fuerza propulsiva que "lleva hacia"

Conclusión.

A) "Conocer en profundidad para amar intensamente" es la premisa de toda supremacía del Cogito o Razón. Hoy se ha revelada como insuficiente. No equivocada, pero sí pobre para definir el hombre y orientarlo en el misterio de la realidad. Un adagio de espíritu agustiniano y pascaliano, que fue asumido por el franciscanismo y por tantos pensadores de los cuales nosotros hemos citado unos pocos (hay que recordar el aporte de Max. Scheler, por ejemplo), dice: "Amar en profundidad para conocer vitalmente". En el primer caso el amor pende del conocer. Esto significa que si no se conoce no se ama. Lo que significa que, en el caso que se trate de una persona, esta queda rebajada a la categoria de "objeto de estudio", de análisis. Dicho en otros términos, primero te analizo, de desmenuzo y desarmo en tantas partes posibles de conocer, y luego que te he echado tal mirada médica y fría, te acepto o no. En el segundo caso el conocer depende del amor. Y esto significa que el otro no es un objeto de estudio, no es un teorema que hay que resolver, sino sobre todo un misterio inagotable con el cual compartir la vida.

B) Hay en todo esto una tentación que se debe evitar. No contraponer el conocer al amor como si fueran dos vías paralelas o antagónicas. Eso indicaría una visión dicotómica de la antropología. No se trata de mutua exclusión. En este campo hay que evitar drásticas contraposiciones par salir de una lógica que desde los griegos hasta ahora, nos ha mantenido prisioneros de la lógica posesiva, identificada con la Razón despótica o iluminista que desconoce o desvaloriza todo lo que no puede disciplinar.

C) Se trata, en cambio, de lograr una visión complexiva o integral del misterio del hombre que respete su potencial cognitivo. En realidad, evitando toda contraposición habría que decir: conocemos amando y amamos conociendo.

D) Juzgará oportuno el lector si el tema merece mayor profundización. La intención era inquietar, sugerir, invitar a pensar: ¿Cogito ergo sum o Amo ergo sum? ¿Primado de la Bondad o primado de la Verdad? No una (bondad) sin la otra o contra la otra (verdad). Tampoco una al lado de la otra, sino una "en" la otra, recordando que quien no ama no conoce, permanece en la superficialidad de las cosas, atento sólamente a lo que de ellas puede obtener para producir y negociar. Es decir, continúa en la línea de una racionalidad despótica que considera el mundo y los otros como un objeto, una herramienta o un utensilio, que tiene derecho a usar, exprimir y luego abandonar.















jueves, 24 de septiembre de 2009

Montezuma y el British Museum



Hoy (24-9-2009) en la ciudad de Londres, el British Museum, institución antigua y renombrada, da inicio a una muestra dedicada a Montezuma bajo el título: "Moctezuma: Aztec Ruler" (=gobernador azteca).


Es la última muestra que el famoso museo inglés dedica a los conquistadores y dominadores de la antiguedad que, para el bien o para el mal (este último fue, en nuestras tierras, un azote constante encarnado en la presencia y voracidad de los "conquistadores) ha signado la historia del mundo.

Todos sabemos quien fue Montezuma. Uno de los jefes más importantes del reino azteca. Soberano casi divino, gran estratega militar, pero también un personaje contradictorio porque parece que entregó su propio pueblo a los conquistadores. Cosa esta que requeriría de una reflexión profunda y crítica, que no es el caso de hacer ahora.

La muestra en el Britsh Museum se compone de documentos, artesanias y otras reliquias provenientes tanto de México como también de Europa. Con esos elementos se trata de reconstruir el camino o la historia del reino azteca de Montezuma. Se pondrá de relieve su esplendor cultural y artístico, expresión de una gran civilización que el rapaz conquistador español desconoció, porque sus ojos y sus manos no tenían otra intención que depredar. Se reconstruirá también la caída del imperio, provocada por el arribo fatídico de las tropas de asalto de la España inquisitorial e imperialista del tiempo.
Jefe de la expedición española era Hernán Cortés. Obviamente las tropas del imperio español llegaron provistas de un arsenal militar impensable para los aztecas. Una de las armas que causó estragos en la población aborigen, no fue tanto la espada, la pistola, el fusil o el cañón, sino lo que hoy llamamos virus. Uno de estos, causa principal de muerte y debilitamiento de la población, fue la sífilis, enfermedad para la cual los nativos no tenían defensas inmunitarias.

Una Europa corrupta e inmoral, en la cual todos sus miembros, desde los estratos poblaciones más bajos hasta los más altos, vivía una vida sexual hecha de adulterio y promiscuidad (cosa que la población nuestra no conocía) diezmó, con ese virus, una población aborigen innumerable.

Los primeros españoles que pisaron las tierras nuevas se preguntaban si los indios tenían "alma", si eran verdaderamente "hombres", dado que tenían otros dioses y otra forma de vida, otras claves relacionales. Una pregunta que revela la clave etnocéntrica y arrogante de la Europa de aquellos tiempos - en realidad no muy distante de la actual.

En realidad, quienes no tenían ni corazón ni alma, eran los españoles, ávidos de expoliar y pisotear todo lo que encontraran a su paso, desparramando virus y sífilis, como el labrador desparrama las semillas en el surco.

Entre tantas vicisitudes, miserias y vejaciones, de la espléndida ciudad sacra de Tenochtitlán, en pocos años no quedó nada. Lamentos, lágrimas y muerte. Sólo ruinas en las cuales surge ahora la Ciudad de México.

En fin, una época difícil de la historia, que provoca náusea cuando se la considera atentamente, dado que España (y en realidad toda la Europa conquistadora) partía en nombre de un Dios que ama sin medida y da su vida por todos sin pedir nada en cambio. En realidad, Dios y la Biblia fueron una buena excusa para exterminar todo aquello que se opusiera a los intereses bancarios y comerciales de Europa.

Hoy, en Londrés, revive la historia del gran jefe Montezuma, mientras Europa sin ningún escrúpulo, continua, como Estados Unidos, alargando su mano voraz y conquistadora, bajo otras máscaras que suele disfrazar como seguridad, defensa de la democracia o "misiones de paz" que, curiosamente, terminan por masacrar mujeres, niños y ancianos. Nada de extraño. Así hizo siempre el hombre blanco (español, inglés, holandés, etc.). Donde puso el pie, puso la espada y no tuvo respeto por ninguno. La cruz fue siempre una excusa. Hoy la llaman eufemísticamente: misión de paz.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La suegra y el método experimental

Respondiendo a las objeciones y críticas formuladas contra la terapia conductista, Eysenck acepta que los informes de la misma "raramente incluyen grupos de control" y afirma que algunas tentativas realizadas en ese sentido han resultado muy "rudimentarias e inconcluyentes desde el punto de vista de la ciencia pura".
No obstante, lo justifica dada la juventud de esa práctica. Añade que "aún desde el más grave punto de vista científico, un caso individual puede ser suficiente para establecer un importante punto teórico".
Y sostiene que "hay otras maneras de demostrar que uno ha logrado el control experimental sobre un fenómeno dado: (…) Katsch (1955) ha demostrado en el tratamiento de un caso de asma, donde ocurrían agudos ataques regularmente cuando el paciente se iba a la cama con su esposa, que estos ataques cesaban inmediatamente y por completo cuando se retiraba de la pared un gran cuadro de la suegra; ella había jugado un importante papel en la producción del conflicto hipotéticamente subyacente en los ataques de asma. Es difícil ver cómo los grupos de control proporcionarían más y mejor evidencia de la exactitud de la hipótesis que la que hace el control experimental ejercido por Katsch en este caso".




Respuesta del jefe indiano Seatle al jefe blanco de Washington


En 1854 el gobierno de los Estados Unidos propone la compra de una extensa porción del territorio indiano, prometiendo, en cambio, el espacio llamado "reserva". La respuesta del jefe indiano es, desde una particular visión sacra del hombre y del cosmos y de sus vínculos indisolubles, uno de los testimonios más bellos y conmovedores del ligamen del hombre con la Naturaleza, "madre" amorosa, nutriente y protectora. Son vínculos estrechos que el hombre blanco, conquistador y arrogante, patológicamente configurado por la lógica del tener y dominar en función de producir y consumir, desconoce totalmente.

Publicamos a continuación el texto de la carta-respuesta que el jefe indiano Seatle mandó al presidente americano de aquel tiempo.


1) ¿Cómo se puede comprar y vender el firmamento o el calor de la tierra? Nosotros no conocemos esa idea. ¿Si nosotros no somos dueños de la frescura del aire ni de la pureza de las aguas, Ustedes, cómo pueden comprarlos? Cada pedazo de esta tierra es sacro para mi pueblo; cada grano de arena de la playa, cada gota de rocío de los bosques y hasta el zumbido de cada insecto es sacro para la memoria y el pasado de mi pueblo. La savia que circula en las venas de los árboles lleva consigo la memoria de los Pieles Rojas. Los muertos del hombre blanco, cuando inician su camino entre las estrellas, olvidan su país de procedencia; al contrario, nuestros muertos no pueden jamás olvidar esta tierra buena que es la madre de los Pieles Rojas. Nosotros somos parte de la tierra y, al mismo tiempo, la tierra es parte de nosotros.


2) Las flores perfumadas son nuestras hermanas; los animales del bosque, el caballo, el águila majestuosa. Todos son nuestros hermanos. Las montañas rocosas, los húmedos prados, el cálido cuerpo del caballo y el hombre hacen parte de la misma familia. Por eso cuando el gran jefe de Washington, en su mensaje, nos hace saber de su intención de adquirir nuestras tierras, nos está, verdaderamente, pidiendo demasiado.


Pero el gran jefe blanco dice que nos dejará un lugar donde poder vivir cómodamente entre nosotros. Él será nuestro padre y nosotros sus hijos. Es por esto que tomamos en consideración su oferta de querer comprar nuestras tierras. No es fácil en cuanto esta tierra es sacra para nosotros. El agua que corre en los ríos y en los torrentes no es sólo agua, representa la sangre de nuestros ancestros.


3) Si vendemos estas tierras, Ustedes deberán recordar que son sacras y, al mismo tiempo, deberán enseñarlo a vuestros hijos. Deberán también enseñarles que cada fantástico reflejo en las límpidas aguas de los lagos narra la historia y la memoria de la existencia de nuestra gente. El murmullo del agua es la voz de mi padre. Los ríos son nuestros hermanos y aplacan nuestra sed, llevan nuestras canoas y nutren a nuestros hijos. Si vendemos estas tierras, Ustedes no deberán olvidar que tienen el deber de recordarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos. Deberán tratarlos con la misma dulzura con la cual se trata a un hermano.


4) Sabemos bien que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vivir. El hombre blanco no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro porque es un extraño que llega de lejanas noches y toma de la tierra todo aquello que necesita. La tierra no es, para él, hermana sino enemiga y, una vez conquistada, él prosigue su camino, dejándose a la espalda la tumba de sus padres. Y de todo esto no le importa nada.


5) El hombre blanco secuestra la tierra de sus hijos. Y tampoco esto le interesa. Olvida tanto la tumba de sus padres como la herencia de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano, el firmamento, a la medida de las cosas que se compran, se expolian y se venden como ovejas. Su hambre devorará la tierra y dejará atrás de sí sólo desierto.


No sé, pero nuestro modo de vivir es diverso del modo de vida de Ustedes. Solamente ver sus ciudades lastima a los Pieles Rojas. Quizás sea porque el Piel Roja es un salvaje y no entiende. En las ciudades del hombre blanco no existe un individuo tranquilo ni un lugar donde sea posible escuchar cómo se abren las hojas de los árboles en la primavera o cómo vuelan los insectos. Pero también esto quizás se debe al hecho que soy un salvaje que no entiende nada.


6) El rumor parece un insulto a nuestros oídos. ¿Y en el fondo, a qué sirve la vida si el hombre no puede escuchar el solitario grito del búho, ni los diálogos nocturnos de las ranas en las riberas del pantano? Soy un Piel Roja y no entiendo nada. Nosotros preferimos el ligero susurro del viento sobre la superficie del pantano y el olor del viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la esencia del pino.


El aire, para el Piel Roja, tiene un valor inestimable porque todos los seres vivientes participan del mismo aire. El animal, el hombre, el árbol, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco, en cambio, no parece ser consciente del aire que respira. Semejante a un moribundo durante una agonía prolongada, él es insensible a la hedionda.


7) Pero si vendemos nuestras tierras, Ustedes deberán conservarlas como algo diverso y sacro, como un lugar donde también el hombre blanco tenga la posibilidad de saborear el viento perfumado entre las flores del campo. Y si vendemos nuestras tierras, Ustedes deberán recordar que el aire es para nosotros inestimable. El viento que ha dado el primer respiro de la vida a nuestros antepasados recibe también los últimos suspiros. Es por eso que tomamos en consideración la oferta que nos hacen de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré las condiciones: el hombre blanco deberá tratar los animales de esta tierra como si fuesen sus hermanos. Soy un salvaje y no entiendo otro modo de vivir.


8) He visto miles de búfalos sacrificados en las praderas, muertos por las balas del hombre blanco, disparadas desde un tren en movimiento. Soy un salvaje y no entiendo cómo una máquina humeante pueda interesar más que el búfalo que nosotros matamos sólo para sobrevivir. ¿Qué fin haría el hombre blanco sin los animales? Si fuesen exterminados todos, también el hombre blanco moriría de soledad espiritual. Lo que sucede a los animales sucederá también al hombre blanco. Todo está relacionado, vinculado.


9) Ustedes deberán enseñar a sus hijos que la tierra que pisan es la ceniza de nuestros padres. Ustedes tienen que transmitir a sus hijos, como lo hemos hecho nosotros con los nuestros, por generaciones y generaciones, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le sucede a la Tierra, les sucederá a los hijos de la Tierra. Si los hombres escupen sobre ella, escupen sobre sí mismos. Esto es lo que nosotros sabemos: la tierra no pertenece al hombre, es el hombre quien pertenece a la tierra. todo lo que sabemos es esto. Todo está relacionado, como la sangre une la familia.


10) No obstante todo, quizás somos hermanos. Lo veremos. Sabemos una cosa que también el hombre blanco un día descubrirá: nuestro Dios es el mismo Dios. En este momento Ustedes pueden creer que Dios es una propiedad o algo que les pertenece, del mismo modo con el cual Ustedes creen que les pertenecen nuestras tierras. Pero no es así. Él es un Dios de los hombres y su compasión se distribuye en igual medida entre el Piel Roja y el hombre blanco.


Esta tierra tiene para Él un valor incalculable. Si fuera dañada se provocaría la ira del Creador. También los hombres blancos morirían, quizás ante que otras tribus. Si contaminan el lecho, una noche cualquiera morirán asfixiados entre sus propias basuras.


11) Pero Ustedes caminan hacia la propia destrucción circundados de gloria, inspirados con la fuerza del Dios que los ha guiado a estas tierras y que, a causa de algún destino especial, ha donado a Ustedes el dominio, como también el dominio sobre los Pieles Rojas. Este destino es para nosotros un misterio en cuanto no comprendemos por qué son exterminados los búfalos, por qué se doman los caballos salvajes, por qué son saturados los ángulos más escondidos y secretos del bosque con la respiración de tantos hombres y se cubre el paisaje de las prósperas colinas con hilos parlantes.


12) ¿Dónde está la planicie? Destruida! ¿Dónde está el águila? Desparecida! Termina la vida, comienza la sobrevivencia.


martes, 22 de septiembre de 2009

¿El corazón de la razón está en las razones del corazón?


1) ¿Cuál es nuestra condición existencial? La descripción que de la condición humana hizo Blaise Pascal (1623†1662) - el genial matemático y físico francés - es siempre un punto de referencia fundamental. Polemizando contra una razón arrogante que pretendía agotar lo real con el método geométrico y apuntaba también a hacer del hombre una especie de equación que se resolvería con el método empírico, Pascal escribía: “Nosotros navegamos en un mar amplio, siempre inciertos y fluctuantes, suspendidos de un extremo al otro. Cada lugar en el cual pensamos tirar el ancla y detenernos basila y nos abandona, y si lo seguimos escapa a nuestro tentativo de posesión, se escurre entre nuestras manos y se aleja huyendo eternamente. Nada está quieto para nosotros. Es la condición natural y, todavía, la más contraria a nuestras tendencias. Ardemos del deseo de encontrar un lugar estable y una última base segura para edificar una torre que se eleve al infinito, pero nuestros fundamentos se agrietan y la tierra se abre bajo nuestros pies hasta los abismos más profundos” (Pensamientos, 72).

2) Crisis del sentido. En el nuevo escenario postmoderno del tercer milenio (Cf. el artículo del Blog con el título Postmodernidad y nihilismo), esta experiencia de ser naufragos en alta mar que de por sí parece caracterizar la existencia, se vive en modo todavía más angustiado y problemático. El hecho se debe no sólo a la ausencia de paradigmas antropológicos creíbles sino también al caos del conocimiento científico pues éste se ha astillado en mil fragmentos produciendo así una “crisis de sentido”. La multiplicidad de disciplinas y los distintos órdenes en los cuales el saber moderno se expresa, paradojalmente, en cambio de asegurar, obnubila, empaña o complica el tema del sentido. Vivimos en un espacio de saber siempre más complejo, constituido por mil fragmentos, o sea, una especie de archipielago hecho de islas innumerables las cuales no encuentran un lenguaje común para comunicarse y diseñar la figura de una totalidad significativa.

2.1) ¿Tiene sentido la pregunta por el sentido? Parece que los puntos de vista de carácter científico acerca de la vida y del mundo se han multiplicado de tal modo que, de hecho, estamos en presencia del fenómeno de la fragmentación del saber. Y este hecho hace difícil y frecuentemente vano el tentativo de la búsqueda de sentido. Parece que en esta montaña de datos y de hechos entre los cuales vivimos y que son la trama misma de la existencia, no pocas personas se preguntan si tenga todavía sentido hacer la pregunta por el sentido. La pluralidad de las teorías que se disputan la respuesta, o los diversos modos de ver e interpretar el mundo y la vida del hombre, no hacen otra cosa que agudizar esta duda radical, la cual fácilmente desemboca en el escepticismo o en la indiferencia o en las diversas expresiones del nihilismo. La consecuencia de todo esto es que el hombre común, disperso entre tantos saberes, temiendo ser objeto de manipulación por los brujos de turno, se cierra más en sí mismo y, como Narciso, termina mirando sólo su propia imagen. Gana espacio una libertad anárquica, el culto de las emociones fuertes y la dictadura de los deseos sin límites y sin frenos.

3) Interrogantes de fondo.
A) En este clima inquietante, agravado por la experiencia del mal que no deja de herir individuos, comunidades y pueblos enteros, surgen preguntas relevantes: ¿es posible la fraternidad? ¿Y si es posible, cuál es el precio? ¿Si es verdad que la razón es lo que caracteriza al hombre, por qué es siempre más difícil ser hombre y ser racional? ¿No es verdad que, no obstante las proclamas y las conquistas de los derechos humanos que han marcado la modernidad, continua prevaleciendo Caín sobre Abel? ¿No tiene razón el escritor A. Camus (1913†1960) cuando percibe el símbolo de la humanidad en la figura del mito de Sísifo, el cual fue condenado por los dioses del Olimpo a empujar con sus propias manos una pesada roca hasta la cima de la montaña para después verla rodar hacia el valle, y así sucesivamente, infinitamente, sin solución de continuidad? ¿No es verdadera la famosa sentencia “el infierno son los otros” que J. P. Sartre (1905†1980) escribe en su obra A puertas cerradas? Recordamos que tal sentencia tenía ya su precedente en la nota afirmación “homo homini lupus” (el hombre es el lobo del hombre) del filósofo inglés T. Hobbes (1588†1679).

B) La experiencia individual e histórica no permite descalificar tales lecturas. Innumerables son ya los holocaustos y los genocidios perpetrados por el hombre. Pero, ¿no es verdad que también se puede decir - y sin por esto caer en sentimenalismos acalambrados - que el hombre es “animal amans”, es decir, un animal que ama, animal amante? ¿No autoriza a hacer tal afirmación la presencia entre nosotros de grandes hombres como, por ejemplo, un M. Luter King, un Gandi, o un san Francisco de Asís? ¿El hombre es un "ser para sí mismo”, una ostra cerrada, hermética impermeable a la voz de los otros? ¿O el hombre es también, y sobre todo, un “ser para los otros”?

4) La seriedad de las preguntas. Las interrogaciones precedentes están alimentados por una preocupación de fondo: ¿el hombre es un ser que debe considerarse puramente racional o, sobre todo, además de las “razones de la razón” hay que consider en él las “razones del corazón”? Dicho en términos más breves y radicales: ¿Pienso, por lo tanto, soy? (Descartes) o, más bien, ¿Amo, por lo tanto, soy? - como sostiene el personalismo dialógico, buena parte del existencialismo y también de la psicología y de la pedagogía actual -. La radicalidad de las preguntas requiere un ejercicio de pensamiento amplio, no unilateral o reduccionista porque está en juego el rostro humano auténtico, de cada “yo”. La seriedad de las preguntas, tanto en el plano teórico quanto ético, pone en cuestión las máscaras con las cuales ocultamos y deformamos el yo que, agónica y amorosamente, estamos llamados a edificar, a ser. Y, entiéndase bien, no se trata de la pregunta general acerca de “quién es el hombre”. Se trata, más bien, de la pregunta: ¿quién soy yo? Y, sobre todo, de la siguiente: ¿No resuena en el corazón del hombre una voz que le dice, no obstante tantas caídas y traiciones, que sólo llega a ser sí mismo en la medida en la cual es “para los otros”? Para decirlo con la famosa expresión del rabino Hillel: “¿Si no respondo de mí, puedo decir auténticamente ‘yo’? Pero si únicamente respondo de mì, puedo seguir siendo yo?”.

5) ¿Cogito ergo sum? O, más bien, ¿Amo ergo sum? “Pienso y, por lo tanto, soy” es la nota intuición de R. Descartes (1596†1650). Desde aquí se ha generado una antropología caracterizada por la razón despótica, faraónica, que nos ha llevado a endiosar el Yo-pienso y sus intereses y a considerar el Otro y lo otro como una simple herramienta o un medio para nuestras conquistas o satisfacciones. En nuestra cultura postmoderna, en la cual, repitiendo la lógica autoreferencial de Narciso, cada uno de nosotros tiende a encurvarse sobre sí mismo alejándose de los otros en una especie de alergia sociológica, es urgente encontrar no sólo el sentido último de la vida, sino, y sobre todo, el sentido de la vida cotidiana. La fragmentación en la cual vivimos y el narcisismo siempre más acentuado así lo exigen, si no queremos sucumbir y ser víctimas de nuestras propias manos. El secreto está, quizás, no tanto en poner al centro el pensamiento (ratio, cogito) como hasta ahora ha hecho el hombre occidental, sino en poner, come eje vector el afecto o amor.

6) ¿Animal racional o animal amante? Quizás el hombre no es tal porque es “animal racional” - como lo definían los griegos y sostuvo siempre el positivismo reduccionista. Visión que, no por ser equivocada, sino por ser demasiado unilateral ha mortificando dimensiones esenciales de la existencia, como, por ejemplo, la ternura, las emociones, los sentimientos, en fin el Pathos. Quizás el hombre es tal porque “ama y dona”, y porque ama y dona - he ahí el secreto - razona y piensa. Esta posición (sostenida hoy por buena parte de la filosofía fenomenológica) que invierte la lógica tradicional, significa que no es el conocimiento sino el amor la fuente o el espacio de la inteligibilidad. No es el conocimiento el fundamento del amor, sino que el amor es el fundamento del conocimiento. Este último sería un rayo del amor, un momento del amor y no su fundamento. El filósofo francés J. L. Marion, el padre de la fenomenología de la donación, oponiendose a Descartes, sostiene que no es el Cogito el eje portante del rostro humano, sino el Amor (Cf. Le phénomène érotique, Paris, Éditions Grasset & Fasquelle, 2003). En efecto, el verdadero rostro humano no se alimenta sólo del “amor a la sabiduría” sino de la “sabiduría del amor”. Tal sabiduría no niega ni cancela el cogito o ratio sino que lo asume, lo humaniza y lo orienta hacia un horizonte más grande, es decir, menos logocéntrico y más heterocéntrico. Se trata del horizonte del dono.

6.1) Más que un sentimiento. El amor no es un simple sentimiento o una emoción pasajera o intensa. Esta última es enamoramiento pero no necesariamente da el paso hacia el amor que es, dicho brevemente, comprometerse radicalmente en órden a hacer que el otro sea plenamente sí mismo. Ya E. Fromm, el psicoanalista alemán, sostenía que el amor es la voluntad de promoción del otro, es afirmar al otro en su diferencia. Por lo tanto el amor es mucho más que una pasión o un afecto. Es, además - y este aspecto interesa acentuar ahora - mucho más que conocimiento. Es, más bien, lo que hace posible el conocimiento. Sólo quien ama conoce, recoje y protege la diferencia. Quien no ama no busca y si recoje no es para proteger ni promover, sino para mercantilizar, acaparar y depredar, como la racionalidad científico-tecnológica ha hecho en estos dos últimos siglos, llevándonos sin solución de continuidad hacia escenarios apocalípticos y hoy día muy pero muy cerca del eco-cidio (muerte de la madre tierra).

7) Conclusión Desde la época de R. Descartes y G. Galilei (1564†1642) hasta poco tiempo atrás, los afectos eran considerados secundarios en el mundo de la filosofía respecto al pensamiento teórico. Éste basa sus análisis en las representaciones y abstracciones. Se comienza a hablar de odio, amor y de los diversos afectos sólo sobre la base de un ego (=yo) , ya constituido. El amor, en otros términos, es visto como una pasión del ánimo y no como un constitutivo o constituyente originario del ego. En cambio, gracias sobre todo a la fenomenlogía del dono (sin tener en cuenta ahora todo el aporte de la psicología y de la pedagogía) tenemos que aprender que el amor y el odio preceden el ego y llegan o se presentan en órden a su misma constitución. Desde esta perspectiva la pregunta fondamental que pusimos precedentemente se resuelve abriéndose a un horizonte mayor, má rico y más prometedor. Ahora, sin sentimentalismos, se puede hablar de una razón amante y de un corazón pensante. Para decirlo en términos pascalianos: las razones de la razón están en el corazón sin que por esto la razón sea humillada. Al contrario, supera una perspectiva logocéntrica que no sólo empobrece la razón sino que mortifica aspectos esenciales de la existencia. No es otra cosa lo que quiere decir el famoso aforisma de Pascal: "no es fuerte sino más bien débil la razón que no reconoce que hay razones que la sobrepasan". En definitiva, no ya la razón sin o contra el corazón ni tampoco éste contra o sin aquélla. Sino, más bien, el corazón en la razón. O, mejor, la Bondad (corazón) en la Verdad (razón) como su alma secreta.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Las Islas Malvinas son argentinas

Los irlandeses conocen de colonialismo. Desde el siglo XII tuvieron la molesta presencia inglesa en su territorio que no finalizó hasta 1922, cuando las tropas de Gran Bretaña se retiraron de la isla, consiguiendo así Irlanda la autonomía y formando parte de la comunidad británica de naciones. En 1949 alcanzaron la independencia plena, excepto la parte norte, que bajo el nombre de Ulster quedó en poder del Reino Unido.



domingo, 20 de septiembre de 2009

Sobre la democracia y el relativismo. En línea con K. R. Popper

1) ¿Todos los sistemas éticos son iguales? En la disputa sobre el relativismo (todo es relativo, no hay puntos de vista absolutos) se siente la necesidad y la urgencia de ser cautelosos, prudentes, menos dogmáticos. El mundo actual está en vías de globalización creciente y, en consecuencia, se presenta siempre más multicultural, multiétnico, multireligioso. Cada pueblito es un mundo y el mundo es un pueblito en el cual conviven, en una tensión difícil de resolver, diversos sistemas éticos. Este es un un hecho innegable. Si por un lado puede inquietar, despertar sospechas, por otro lado nos enriquece porque nos permite descubrir que el mundo puede ser visto y vivido desde perspectivas impensadas e impensables. La alteridad abre el horizonte del yo, aunque no sea fácil el encuentro. ¿Feliz contaminación?
Frente a semejante realidad y desafío hay quien afirma que todos los sistemas éticos son iguales, idénticos. En el fondo está diciendo que ningún valor vale verdaderamente. Es ese relativismo que hoy en día está bajo acusación y es objeto de rechazo. Tal visión no sólo sufre de una miopía ética sino que, sobre todo, demuestra no tener en consideración (por ignorancia tal vez) la importancia fundamental - y decisiva - que en este discurso tiene el tema de la reflexión acerca de la capacidad (o incapacidad) epistemológica/metafísica de la razón para fundar principios supremos.
Hay que subrayar que la crítica a la concepción relativista entendida como la presencia en nuestro espacio socio-cultural de sistemas éticos diferentes o como un “dejarse llevar desde aquí para allá por cualquier tipo de doctrina” - como ha dicho poco antes de ser elegido papa el cardenal J. Ratzinger - no aferra en profundidad el desafío y la oportunidad que ofrece el pluralismo. ¿Por qué? Pues porqué la primera realidad que emerge del pluralismo de las concepciones éticas nos dice que ésas no son todas iguales, sino, más bien, muy pero muy diversas. Pongamos un ejemplo. “Ama al prójimo como a tí mismo”. Esta máxima es muy diversa de aquella que ordena vivir bajo la ley del “ojo por ojo y diente por diente”.

2) ¿Hay un criterio de fundación? Establecido que las concepciones éticas son diversas, se impone una pregunta que abre un horizonte de reflexión: ¿Tenemos un criterio racional válido para todos, general, global, que nos permita decidir qué ética es la mejor en cuanto está racionalmente fundada? Una interrogación de este tipo, núcleo fundamental de toda teoría ética, no puede recibir una respuesta positiva si es verdadera la famosa “ley” del filósofo David Hume (1711†1776), representante cualificado del empirismo inglés. Él sostenía que las descripciones que hacemos de los hechos empíricos, es decir, de lo que constatamos, no permiten hacer o derivar prescripciones. Esto significa que de la descripción de lo que “es”, no podemos hacer derivar ningún “deber ser”. Dicho en otro modo, y banalmente: que yo constate en un tren que todos los asientos están ocupados (constatación empírica) no quiere decir que si sube una persona anciana alguien “deba” (imperativo) cederle el lugar. Todos los moralistas, en modo apresurado, decía Hume, pasan de la constatación de los hechos (ser) a un “deber ser” que no se justifica con la lógica seguida precedentemente. Para el “deber ser” o enunciado prescriptivo se requiere otra lógica pues proposiciones descriptivas (observaciones de hechos) no autorizan a deducir lógicamente proposiciones imperativas (Cf. D. Hume, A Treatise of Human Nature, London, 1740, Libro III, Parte I, 1). La consecuencia que acarrea tal ley se expresa diciendo que los valores de fondo de un sistema ético, los principios fundamentales (de ideales de vida) resultan fundados, en último análisis, en nuestra opciones de fondo, en las elecciones u opciones de conciencia de cada persona y no en sus argumentaciones de naturaleza racional.

3) Libertad de conciencia. Es verdad que existen opciones hechas con los ojos cerrados y opciones hechas con los ojos abiertos. Estas últimas son aquellas opciones que se hacen poniendo una continua atención a las consecuencias que se siguen de los principios que se han aceptado como norma de la conducta. La aceptación de esas consecuencias es también objeto de opción. Esto significa que la “ley de Hume” es la base o el pilar de la libertad de conciencia. Lo que el discurso quiere aclarar es que los principios básicos de una ética no son objeto de análisis y fundamentación racional sino que son - aunque se escandalicen los racionalistas radicales - una opción. Lo que sí puede ser argumentado racionalmente es el sistema que se monta o edifica sobre tales principios. Puedo mostrar las consecuencias que de tales o cuales principios derivan tanto para el bien cuanto para el mal de una comunidad. Pero los principios básicos escapan al ejercicio de la razón dogmática o metafísica.

4) ¿Dónde se fundamentan las opciones últimas? La ciencia da - cuando puede - explicaciones de órden empírico (verificables o falsificables) pero no puede dar o poner imperativos éticos, es decir reglas. La lógica que utiliza (matematización de lo observado) lo impide. Por lo tanto no existen esplicaciones científicas de tipo ético. En otras palabras, exprimiendo toda la ciencia no puede extraerse ni siquiera un gramo de moral. La ciencia des-crive y la ética pres-crive. Todo el saber científico en nuestro poder no produce valores. Pero atención! Tampoco puede desmentirlos. Esto quiere decir que la opción de los valores supremos - es decir aquellos valores por los cuales se puede vivir o morir - encuentra su fundamento no en la ciencia, sino en la conciencia de cada hombre y de cada mujer. Esta perspectiva nos libera del fanatismo y de los dogmáticos, tanto de derecha como de inzquierda y nos deja abierta la posibilidad de elección. Libertad desnuda, llamada a tomar una decisión y no a ser esclavizada por normas objetivas que se imponen en modo dictatorial. Libertad y, por lo tanto, responsabilidad, en el bien como en el mal.



Karl Popper


5) La sociedad abierta. Es falso (y de mala fe) sostener que todas las éticas son iguales. Pero tampoco están en el error todos aquellos que afirman que los valores supremos no son teoremas demostrables o que no son axiomas autoevidentes y autofundamentados, como pretende el dogmatismo. Entonces, si por relativismo se entiende la imposibilidad racional de fundamentar los sistemas éticos, una pregunta se impone: ¿Es evitable o aconsejable dejar de lado el relativismo? ¿Es posible vivir y edificar una “sociedad abierta”, una sociedad democrática, ahí donde algunos se arrogan el derecho de estar en posesión de una verdad absoluta, inmutable y de valores exclusivos?
No debemos olvidar que el primero y fundamental bien común son las reglas de la convivencia. La sociedad abierta como la presenta K. Popper, está hecha, en efecto, de aquellas reglas o normas que permiten la convivencia del mayor numero posible de ideas y de ideales diversos y, por lo tanto, no siempre en sintonía. Es decir, contrastantes entre ellos. En esta sociedad abierta es intolerante aquel que presume arrogantemente saber en qué cosa consiste el verdadero bien; es intolerante aquel que cree que tiene en el bolsillo el bien absoluto y, por lo tanto, es un iluminado que ostenta el derecho a imponerlo - con látigo o con la pistola - a otros. O en caso de negarse a aceptarlo, expulsarlo del sistema o simplemente eliminarlo. Este es el terrorismo de derecha y de izquierda. Enanos intelectuales que han ensangrentado el mundo con el dogmatismo de la razón. Ambos estaban (o están) convencidos que tienen en su poder la verdad además de pretender que quien no los escucha tiene la razón deformada o busca mezquinos intereses.

6) Hombres falibles. En la óptica de nuestras reflexiones no está equivocado el gran epistemologo del siglo pasado K. Popper. También H. Kelsen afirmaba que la causa de la democracia se ve empañada o entra en crisis si se parte de la idea que es posible el conocimiento de la verdad absoluta, la comprensión de valores absolutos. En cambio, aquel que cree que el conocimiento humano es tal y no divino, y, por lo tanto está convencido que no es posible alcanzar la verdad absoluta y los valores absolutos, está abierto a la perspectiva de los otros. No considera sólo su opinión, sino también la opinión de los otros. Por eso el relativismo es aquella concepción del mundo que la verdadera democracia (y no la tiranía de la mayoría) supone o tiene como base fundamental.
Según lo dicho, otra pregunta se impone para ayudar a pensar la relación o el vínculo que hay entre la democracia y el pluralismo presente representado por los diversos sistemas éticos. ¿Es posible aceptar el pluralismo sin aceptar aquella forma de relativismo entendida como la “no fundamentabilidad racional” de los diversos sistemas éticos? Frente a tal posisión o tesis se alzan los pelos y se eriza la piel de una gran mayoría de anti-relativistas, convencidos de tener la verdad en el bolsillo, además bendecida por la ley natural que, en el fondo. hace referencia a Dios, según ellos.
7) A modo de conclusión. La sociedad democrática es, según Popper, aquella que se basa en el ejercicio de la razón crítica (no dogmática o fundamentalista). Es una sociedad que no solamente tolera sino que además estimula a través de las diversas instituciones democráticas, la libertad de cada persona y de los diversos grupos, en vista de alcanzar las soluciones de los problemas sociales. Esto significa que vivir democráticamente implica vivir en “continuas reformas”. Y esto no significa que accedan al poder los totalitaristas. La pregunta fundamental - decía Popper - no es ¿quién debe gobernar? (intelectuales, economistas, filósofos, ricos o pobres, etc.). La pregunta fundamental es: ¿cómo es posible controlar a quien gobierna y, además, substituir a los gobernantes sin derramamiento de sangre?

Quien cree en la razón debe comenzar por creer en la razón de los otros. De lo contrario, su democraticidad no es más que la máscara del déspota y del terrorista, sea de derecha o de izquierda. Si la razón es humana y no puede ponerse en el punto de vista del Absoluto o del divino (como creen tantos catolicones y tantos racionalistas fanáticos) entonces hay que tomar conciencia de la idea de imparcialidad, de tolerancia y de rechazo de toda pretensión totalitaria. “El amor por la tolerancia - decía Popper - es la necesaria consecuencia de la convicción de no ser hombres infalibles”. Lo que no quiere decir, obviamente, ser tolerantes con los intolerantes. Pero esto es ya otra cuestión que requiere otra lógica relacional y que, además, sólo se puede encontrar en la discusión democrática.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Expansionismo norteamericano


Desde su nacimiento como nación independiente el 4 de julio de 1776, los Estados Unidos iniciaron una política imperialista y de expansión territorial sobre varias de las colonias europeas existentes en el continente americano. El expansionismo y las agresiones continuaron cuando otras colonias alcanzaron sus independencias políticas; expansionismo que se extendió luego hacia Oceanía y Asia.
Apenas lograda su independencia EE.UU. se lanza al incremento incesante de su patrimonio territorial, pasando de unos 800.000 km2 en 1776 a unos 9.700.000 km2 en 1902.
En su avance hacia el Oeste, exterminó a las naciones pieles rojas que allí habitaban (genocidio indígena), compró la Luisiana a Francia (1803), terminó con las aspiraciones independentistas de la colonia española de La Florida (1819), arrebató a México por la fuerza de las armas los dos tercios de su territorio, entre ellos California y Texas (1848), compró Alaska a Rusia (1867), con intrigas se apoderó del reino de Hawaii (1898), también por la fuerza de las armas, en guerra contra España se apoderó de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam (1898), arrebató Panamá a Colombia (1903) y compró las Islas Vírgenes a Dinamarca (1917) y ocupó las Islas Ryu Kyu (1945).
Algunas de estas regiones, por diferentes razones, se convirtieron después en naciones independientes como Cuba, Panamá y Filipinas. Las Islas Ryu Kyu fueron devueltas al Japón.



En el caso particular de Latinoamérica, creemos que no existe nación que no haya sido víctima de la agresión militar estadounidense directa o indirectamente. Fue así como desde el comienzo de nuestra vida independiente empezamos a escuchar las advertencias: "Estados Unidos parece destinado por la providencia a plagar a la América de miserias en nombre de la libertad" dijo el general venezolano Simón Bolívar. "Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos", fue la expresión de un pensador mexicano.
El héroe cubano José Martí dijo, entre otras cosas:
-"Los pueblos de América son más libres y prósperos a medida que más se apartan de Estados Unidos".
-"Estados Unidos, pletóricos y desdeñosos; pueblo rapaz de raíz creado en la esperanza y certidumbre de la posesión del Continente".
-"Estados Unidos, único enemigo de nuestro pueblo".



Síntesis histórica
-1776: Las 13 colonias inglesas en América del Norte proclaman su independencia.
-1776/1790: Mediante el genocidio de las naciones pieles rojas, en su avance hacia el Oeste alcanzan el límite de la colonia francesa de Luisiana.
-1803: Compra de Luisiana a Francia.
-1819: Compra de Florida a España (la colonia quería ser independiente)
-1839: Compra a Rusia de Fort Ross, en California.
-1845: Incorporación de Texas.
-1846: Por tratado con Gran Bretaña adquiere el territorio de Oregon (actuales Oregon, Washington e Idaho).
-1848: Guerra de conquista contra México, por la fuerza de las armas le arrebatan aproximadamente la mitad de su territorio.
-1853: Compra de Gadsden a México (territorio al sur del río Gila).
-1867: Compra de Alaska a Rusia.
-1898: Incorporación de Hawaii por presión económica y política.
-1898: Guerra contra España, por la fuerza de las armas le arrebatan a Cuba ( (hasta la proclamación de su independencia el 20-5-1902), Puerto Rico, Filipinas (independiente desde 4-7-46) y Guam.
-1899: Anexión de Samoa Oriental.
-1903: Anexión de la zona del Canal de Panamá y de la Bahía de Guantánamo en Cuba.
-1917: Compra a Dinamarca de las Islas Vírgenes Occidentales.
-1945: Ocupación del archipiélago japonés de Ryu Kyu (integradas a Japón el 15-5-1972).
-1947: Anexión del Territorio "Islas del Océano Pacífico" (Marianas, Carlolinas, Palau, Marshall y otras) por fideicomiso de la ONU.
-1982: Durante la Guerra de Malvinas entre Argentina y Reino Unido, EE.UU. ayudó a la potencia europea con apoyo logístico y tecnológico. Se negó a implementar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).
Esta reseña seguramente incompleta, nos permite refrescar la memoria, cuando se debate la instalación de bases norteamericanas en territorio colombiano, con el "pretexto" de combatir el narcoterrorismo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Diario de un desgraciado

(Encontrado bajo unas cajas de cartón en la boca del subte.)

Vengo de una famila estúpida: en la II Guerra mi abuelo luchó con los nazis. Mi padre era imbécil. Trabajaba en un Banco y lo atraparon robando bolígrafos.
Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi padre: "Hicimos lo que pudimos...pero salió". Mi madre nunca me dio el pecho porque decía que sólo me quería como amigo. Mi padre llevaba en la cartera la foto del niño que ya venía en la cartera. Pronto me di cuenta de que mis padres me odiaban: mis juguetes para la bañera eran una tostadora y una radio.
Cuando me secuestraron, los secuestradores mandaron a mi padre un trozo de mi dedo. Mi padre dijo que quería más pruebas.
Una vez me perdí. Le pregunté al policía si creía que ibamos a encontrar a mis padres. Me contestó: "No lo se niño... Hay demasiados sitios donde se pueden esconder". Me encontré a las autoridades sanitarias. Me ofrecieron un cigarrillo.
Un día me llamó una chica a casa diciéndome: "Vení a mi casa, no hay nadie". Cuando llegué a su casa no había nadie.
El último deseo de mi padre moribundo fue que me sentara en su regazo: estaba en la silla eléctrica.


Fuente: W.W.W.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Ampliando Horizontes

Alejandro: estamos aquí con un invitado recomendado por el presidente del Instituto Nacional de Educación del Superdotado (INES por sus siglas en español) para cultivar a las masas y de esta forma suplir la carencia educativa que se nos hace evidente cada día.

Eleuterio Nocazzo Huang, Presidente del INES

Sr. Eleuterio Nocazzo Huang, ¿porqué no nos empieza hablando de usted?

Nocazzo Huang:
si, usted estimado ¿cómo se llama?… aprenderá muchas cosas y usted estimados lectores también.

A: bue, en realidad me refería, por ejemplo, su apellido... ¿es un apellido compuesto?

N:
¿cómo se dio cuenta? ¡Usted es brillante! Es un apellido italo-chino, de esos tantos que andan por ahí.
Mi abuelo era de Trieste o de Treveris o de Tres de Febrero, no me acuerdo bien y mamá creo que era de China o de Taiwan o de las trenzas de mi china.


A: lo que me dice me suena confuso e inverosímil.

N: bueno m´hijo, los genios somos así. Tu ku lo ta tu tio.

A: qué, qué dice?

N: perdone, a veces las voces de los ancestros interrumpen el presente.

A: caso raro…

N:
si es una afección poco conocida llamada cortocircuito lingüístico generacional.

A: según me han comunicado usted ha hecho numerosos estudios y ha dado conferencias gratuitas en diversos centros.

N:
si, en efectivo.

A: perdone acá dice gratuito.

N:
si, porque el conocimiento es patrimonio de toda la humanidad siempre y cuando tengan acciones en la compañía general de conocimientos (CGC)

A: ah, ¿porqué no vamos al tema que íbamos a tocar?

N:
en efectivo es muy gratuito estar aquí con usted porque la ciencia no se detiene por más que digan por ahí… aunque no por mucho madrugar se amanece con los ojo así.
A veces no es tan importante lo que sabemos sin lo que nos preguntamos. Por ejemplo para darle base a nuestros razonamientos e investigaciones la pregunta que yo lanzo es: es realmente Chumlop el amigo de los niños? ¿La agarra?

A: no, no la cazo.

N: fíjese m’hijo, concéntrese como quizá nunca lo haya hecho ni lo volverá a hacer, ¿es real, pero realmente Chumlop el amigo de los niños?
A: no veo a donde quiere llegar o peor a donde nos lleva a nosotros.

N:
no, si yo este año no voy a vacacionar a ningún lado. A ver mi amigo si nos entendemos un poco, porqué si no entendemos la pregunta fundamental, ¿cómo vamos a construir la teoría?

A: si, eso es lo que yo querría saber.

N:
claro, pero tampoco es cuestión de pasar por alto la base, si no tenemos la base la altura ya se nos complica.

A: ah, ¿sabe?, cada vez entiendo menos…

N:
no, así no, si nos apresuramos y queremos todo de golpe vamos a malograr el luminoso derrotero que hemos comenzado a construir. Siglos tardó la ciencia en aplicar el conocimiento puro.

A: pero nosotros tenemos escasos minutos y yo no entiendo.

N:
no se apresure porqué así se malogrará nuestra empresa y no podremos seguir el derrotero que los prohombres y promujeres del pasado nos marcan pasando por el presente y girando un cacho al futuro. ¿No es cierto?

A: pero ¿qué derrotero? Esto es un embrollo.

N:
no nos limitemos que de los grandes embrollos de la historia han salido los cosos.
A pa che no te ne ka ma. Entonces ¿es realmente Chumlop el amigo de los niños? A veces el Chumlop ha tomado una actitud cínica y de soslayo que le quita rectitud a la cuestión pero como del árbol caído todos hacen pito
catalán tampoco es cuestión de involucrar al ente sin prueba contundente. ¿Me estás escuchando Chumlop?

A: pero …¿Quién corno es Chumlop?

N:
no, no, así no. Si usted me interrumpe a cada rato diciendo cualquier cosa, no nos vamos a entender, la gente no va a entender y no vamos a llegar a nada comprensible y/o productivo. Por la salud mental de la humanidad hay que seguir indagando ¿no es cierto? ¿Me estás escuchando Chumlop?

A: sería conveniente estimado profesor, que para que lleguemos a algo usted pudiera aclarar cuál es el objetivo de la pregunta o adonde apunta?

N:
sobre la conveniencia usted ya conoce el viejo adagio: “no hay peor conveniente que el no quiere oirme”.

A: sordo…

N:
no, agresiones no, pero estoy en guardia porque ya es común en la historia del conocimiento ese desdén de reojo por el avance del género humano.

A: calcule profesor que a mí no me sobra el tiempo, y calcule que muchos de los que van a leer esto no están habituados a un lenguaje tan elevado…ja…ja…ja.

N:
si, calculo. Tiempo faltante por lector que no entiende me da el resultado. Lector que no me lee por otro que es tan tonto como usted y no me lee y aún así se mofa de mí y de la Ciencia me da en el forro de las…

A: bueno, bueno, vamos cortando porque el tiempo es tirano y antes de que alguno de los lectores acaben con su vida o con la suya… mejor terminamos… y la verdad, para serle sincero, no entendí nada…

N:
está bien, hasta pronto y yo digo que tampoco. Pero antes una cosita para que la vayan pensando: ¿es realmente Chumlop el amiguito de los niñitos o es una terrible bestia hija de….

(La entrevista finaliza de una forma que yo no la esperaba. Lo que sucedió después no es publicable).