martes, 11 de agosto de 2009

In memoriam M.W.


Cuando leí su nombre en el listado elaborado por la CONADEP me sorprendí mucho. Era muy probable que el Marcelo Weisz que figuraba como detendio-desaparecido fuese mi ex compañero del Banco Shaw. Su apellido poco común, su nombre y su edad coincidían con aquél muchacho que conocí en 1976.

La única manera de cerciorarme era ir a una organización de derechos humanos para recabar más información. La CONADEP, comisión creada por Alfonsín para investigar las numerosas denuncias sobre desaparecidos por causas políticas, tenía fluídas relaciones con los organismos de derechos humanos.
Sin embargo, la idea quedó en el cajón de asuntos pendientes durante muchos años. Pero la duda se mantuvo todo ese tiempo y pensaba que "algún día" iba a averiguarlo. Ese día llegó con la popularización de Internet, veinte años después. Navegando por ese infinito mundo virtual, me acordé de Marcelo. El buscador no dejó lugar a más dudas.

Marcelo Weisz había sido secuestrado en la vía pública el 16/2/78, junto a su mujer y su pequeño hijo. Este último fue devuelto poco después a sus abuelos.


Estuvo en el campo clandestino "El Banco" (¡vaya ironía!) de Autopista Riccheri y Camino de Cintura hasta agosto, cuando el centro clandestino fue desmantelado y los detenidos fueron llevados al "Olimpo" de Av. Lacarra y Falcón
Sus carceleros lo llevaban a visitar a sus padres los fines de semana. Rutina que en diciembre de 1978 se cortó y nunca más supieron de él.
Yo lo conocí en la sucursal Warnes del Banco Shaw en octubre de 1976. Se desempeñaba como cajero. Estuvo allí pocos meses porque después lo enviaron a otra sucursal por falta de personal.

Lo recuerdo en dos o tres escenas cotidianas del trabajo. Era un muchacho de venticuatro años, tranquilo y afable con los clientes. No llegué a ser su amigo, por lo que no conozco detalles de su vida personal. Pero fui testigo de una escena que me quedó grabada en mi memoria y que con mis diecinueve años de entonces me causó una profunda impresión.

Marcelo era uno de los tres cajeros de la sucursal. El tesorero tenía su ventanilla junto a la pared y luego a lo largo había dos cajeros más. Marcelo cerraba la fila. El edificio era muy amplio y moderno ubicado en la esquina de Warnes y Juan B. Justo. Hoy está abandonado pero se mantiene la misma arquitectura.

En un momento, Marcelo se ausenta de la caja, la deja sin llave, seguramente porque volvería en un rato. En el intervalo el contador Rodríguez, que tenía un billete en la mano, no tuvo mejor idea que abrir la caja de Marcelo, que estaba ausente, y conseguir el cambio que necesitaba.

Cuando Marcelo regresó al poco tiempo y se enteró de lo sucedido, ocurrió algo inolvidable para mí. Muy enojado, comenzó a gritar y gesticular con los brazos en alto: "¡¡Esto no puede ser...Yo me voy.... No se puede trabajar así!!" mientras se dirigía hacia la calle, después regresaba, después se volvía a ir. El tesorero detrás tratando de calmarlo: "¡¡Marceloooo volvééé!!". Lo alcanzó en la vereda y lo convenció para que volviera.

Es necesario aclarar que la zona donde trabajan los cajeros es un "territorio prohibido" para el personal administrativo. Medida que se toma y se respeta para evitar cualquier problema ante un faltante de dinero. Si hay un faltante, el cajero responde con su sueldo.

Volviendo a la anécdota, debo decir que no sé si la puesta en escena de Marcelo fue una jugada calculada, si estaba realmente fuera de las casillas, o ambas cosas.

Lo concreto es que Marcelo no abandonó su puesto y el contador Rodríguez no volvió a menter su linda manito en la caja de nadie.

Durante la década infame menemista, en el programa no menos infame de Mauro Viale, pudimos ver una galería de figurines deleznables entre los cuales aparecía un tal Julio Simón (a) el turco Julián. Personaje denunciado por haber participado de secuestros y torturas en la dictadura militar.

Según información que aparece en Internet, este ex policía que trabajaba en "El Olimpo" admitió haber asesinado a Marcelo Weisz y a su mujer, que hasta el día de hoy permanecen desaparecidos.
















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