
Amar a otro significa afirmar su libertad, promoverla recordando a cada instante que la libertad es frágil, debil y puede ser siempre capturada, seducida, embrujada.
Si alguien permanece contigo porque has seducido su libertad, entonces tienes a tu lado un estúpido/a y un esclavo/a pero non un auténtico amante.
Y tú, en realidad, no amas. Eres sólo un hábil cazador que construye jaulas porque estás incapacitado para volar y en tu desesperación o frutración, envidioso de las alas que no tienes, encadenas, a tu podrida y achatada vida, los/as idiotas que en el camino encuentras.
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