lunes, 15 de febrero de 2010

Una forma de ser

Pocos países en el mundo debe de haber en que el sentimiento de nostalgia se haya reiterado tantas veces. En los primeros españoles, porque añoraban su patria lejana. Luego, los indios porque añoraban su libertad perdida. Más tarde los gauchos desplazados por la civilización gringa, exiliados en su propia tierra. Simultáneamente en los viejos patriarcas criollos porque sentían que aquel hermoso tiempo de la generosidad y la cortesía era suplantado por el más crudo materialismo. Y en fin, en los inmigrantes porque extrañaban su terruño europeo, sus costumbres milenarias, sus navidades de nieve junto al hogar.
Esa modalidad sentimental que hasta se manifiesta en el tango, indica una propensión metafísica del argentino de hoy. Quizá una de sus causas, (aparte del resentimiento social), sea el escenario donde se desarrolló la historia argentina. El inmenso territorio vacío que encoantraron los españoles al llegar al Río de la Plata, ese paisaje abstracto, desolado, donde seguramente empezó a formarse esa tendencia hajcia la reserva que constituyó el carácter peculiar del gaucho. De allí surgió la propensión mística de la pampa, la esencial melancolía del paisano que se siente escuchando una cifra o un triste.
Luego, con el tumultuoso y materialista desarrollo de Buenos Aires, con la corrupción y venalidad de sus políticos, el arribismo y el cinismo de sus usufructuadores, se agravó esa propensión del argentino y se centralizó en la "mufa" del porteño.
De este resentimiento, acrisolado en la hibridez de la raza argentina, nuestra mejor y más típica literatura nos da irrefutable testimonio. Desde Martín Fierro hasta los monólogos de Erdosain; desde Florencio Sanchez hasta Discépolo.
Por eso quizá el argentino no es capaz de la carcajada cándida, abierta y sonora de un alemán ni del humor desinfectado de los ingleses. Sólo es capaz de la ironía, de la crítica burlona, del sarcasmo punzante rumiado y fermentado a través de siglos, que lo escupe de pronto como un veneno cómico y triste.
Este blog seudo humorístico, casi intelectual, apenas cultural, está hecho por argentinos y no pretende traicionar su idiosincracia.



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